1Introducción. ¿Qué es la computación en la nube?

Tal como establece el NIST [1], la computación en nube es un modelo que permite un acceso conveniente, bajo demanda y a través de la red a un conjunto compartido de recursos informáticos configurables (por ejemplo, redes, servidores, almacenamiento, aplicaciones y servicios) que pueden ser rápidamente aprovisionados y liberados ya sea mediante una gestión mínima o mediante una breve interacción con el proveedor de servicios.

Una definición complementaria es la que proporciona el Laboratorio RAD de la Universidad de Berkeley [2]. Los autores consideran que la computación en nube se refiere tanto a las aplicaciones como a los servicios entregados a través de Internet y a los sistemas software y hardware de los centros de datos que proporcionan estos servicios.

Básicamente, el cloud computing es un paradigma de computación distribuida que se centra en proporcionar a una amplia gama de usuarios con acceso distribuido, hardware virtualizado escalable y/o infraestructura de software a través de Internet.

La computación en nube se refiere a la provisión de recursos informáticos a través de Internet. Consiste en un conjunto de tecnologías que garanticen, habitualmente en forma de un servicio ofrecido por un proveedor al cliente, un almacenamiento de datos consistente o una capacidad de procesamiento de altas prestaciones mediante el uso de hardware/software distribuido y virtualizado. El proveedor de la nube puede proporcionar el hardware y el software necesarios para ejecutar las aplicaciones domésticas o comerciales, o bien usar la infraestructura del cliente.

La computación en nube es un concepto complejo y en rápida evolución. La computación en nube puede ser considerada como un sistema distribuido que ofrece servicios de computación a través de una red de telecomunicación, normalmente Internet. Los recursos en la nube son transparentes para los usuarios, que no necesitan conocer su ubicación exacta. Dichos recursos pueden ser compartidos entre un gran número de usuarios, que pueden acceder a aplicaciones y datos desde cualquier lugar y en cualquier momento. Un ejemplo sencillo de computación en la nube es de correo web. El proveedor de correo web mantiene el espacio en el servidor y proporciona el acceso; el usuario de correo web sólo se conecta a una dirección web en un navegador y envía la información del usuario para tener acceso a una cuenta. El software y el almacenamiento no está en su ordenador, sino que es un servicio en la nube.

El principal objetivo de la computación en nube es hacer un mejor uso de estos recursos distribuidos y resolver problemas de computación a gran escala. La palabra "nube" es una metáfora para describir la Web como un espacio en el que se ha preinstalado los recursos informáticos y existe como un servicio [1]. Los sistemas operativos, aplicaciones, almacenamiento, datos y capacidad de procesamiento de todos existen en la Web, listos para ser compartidos entre los usuarios.

El uso de la computación en la nube supone que un usuario puede beneficiarse de los recursos de procesamiento de datos y de almacenamiento que una empresa le ofrece como servicio a través de Internet, en lugar de utilizar sólo el hardware y software de su ordenador o servidor ubicado dentro de la red corporativa. Por lo general, estos servicios se ofrecen de manera completamente transparente a los usuarios; las plataformas ocultan la complejidad y los detalles de la infraestructura subyacente y aplicaciones.

En el modelo de computación en la nube, la potencia computacional, el software, los servicios de almacenamiento y las plataformas se ofrecen bajo demanda de los clientes externos a través de Internet. Potencialmente, todo tipo de aplicaciones de software, desde procesamiento de texto a programas informáticos personalizados, pueden ser aplicados en un sistema de computación en la nube. El acceso a esta tecnología permite el escalado de los recursos y servicios, hacia arriba o hacia abajo, para satisfacer las demandas. Los proveedores de cloud computing suelen cobrar a los clientes en un modelo de pago por uso.

Si bien los beneficios de la computación en la nube son muchos, sus desventajas son también numerosas. Si se utiliza correctamente, la computación en la nube es una gran oportunidad para empresas de todos los tamaños.

Las principales ventajas de la computación en nube son el auto-servicio bajo demanda, acceso a la red ubicua, la agrupación de recursos independiente de la ubicación, y transferencia del riesgo. Las ventajas adicionales incluyen menores costos de funcionamiento, facilidad de uso, calidad de servicio y fiabilidad, sin grandes inversiones de infraestructura, una mayor agilidad y capacidad de ampliación y una mejor gestión de los picos de demanda. Por ejemplo, la computación en nube puede enfocar la capacidad computacional de miles de ordenadores a un problema, permitiendo que los investigadores puedan conseguir resultados muy rápidamente.

Hoy en día, los mayores desafíos de la computación en nube son la privacidad y la seguridad. Otras desventajas son la falta de control o control limitado, la dependencia implícita del proveedor también conocida como "bloqueo del proveedor". Es difícil migrar de un proveedor a otro una vez que un usuario se ha involucrado con uno.

Vivek Kundra, que fue jefe de tecnología del Distrito de Columbia, dijo: "La nube va a suponer para los gobiernos lo mismo que supuso Internet en los años 90” [3].