SaaS (Software como servicio): es un modelo de distribución de software en el que las aplicaciones están albergadas por un vendedor o proveedor de servicios y puestas a disposición de los clientes a través de una red, normalmente Internet. Este modelo elimina la necesidad de instalar software en los ordenadores de los usuarios.
El correo electrónico es un ejemplo sencillo de SaaS. Si un usuario tiene un proveedor de servicios, se requiere un navegador o una aplicación móvil para acceder al correo electrónico; de lo contrario se puede alojar en servidores individuales. Es importante señalar que el usuario no gestiona ni controla la infraestructura subyacente en la nube, ni siquiera la capacidad de aplicaciones individuales, exceptuando los valores de configuración de aplicaciones específicas de usuario limitadas.
Algunos de los beneficios de SaaS son:
Además de la falta de control, uno de los principales inconvenientes es que las aplicaciones SaaS pueden no tener las mismas características que las aplicaciones no SaaS. La funcionalidad a menudo no es tan refinada o completa. Sin embargo, este problema disminuirá con el tiempo. Las herramientas de desarrollo para aplicaciones SaaS están mejorando a pasos agigantados. Por último, la velocidad puede ser otra desventaja; en general, las aplicaciones SaaS son más lentas que los correspondientes equivalentes no SaaS.
Algunos ejemplos de proveedores SaaS son: