La computación en la nube ofrece a las organizaciones nuevas opciones en cuanto a cómo hacer uso de las infraestructuras, ahorro de costes, y delegación de responsabilidades a los proveedores de servicio. Se ha convertido en una parte integral de la tecnología y de los modelos de negocio, y ha forzado a las empresas a adaptarse a las nuevas estrategias de la tecnología. En consecuencia, la demanda de computación en la nube ha dado lugar al desarrollo de nuevas ofertas de mercado que representan diversos modelos de servicios en la nube. Estos modelos expanden significativamente la gama de opciones disponibles y las organizaciones de trabajo tienen nuevos dilemas sobre cuál es el modelo de cloud computing más adecuado de acuerdo a sus necesidades.
Los modelos de servicio en la nube describen cómo los servicios están disponibles en la nube para los clientes. De acuerdo con el NIST, hay tres modelos de servicio: SaaS (Software como Servicio), PaaS (Plataforma como Servicio) e IaaS (Infraestructura como Servicio), que serán descritos en las siguientes secciones. De hecho, los modelos de servicios más fundamentales incluyen una combinación de IaaS, PaaS y SaaS. En estos modelos de servicio puede haber sinergias entre ellos y ser interdependientes; por ejemplo, PaaS depende de IaaS, porque las plataformas de aplicaciones requieren una infraestructura física.
Hoy en día, como regla general, las empresas consideran que los servicios de software y de plataforma se adecúan más a sus necesidades que los de infraestructura. Por lo tanto el modelo de prestación de servicios IaaS probablemente perderá cuota de mercado frente a PaaS y SaaS [9].