El requisito obvio es la estabilidad de un sistema de control. En términos generales, la salida controlada se asentará en el valor deseado, en su estrecha zona (límites de tolerancia), o bien oscilará o fluctuará al azar dentro de los límites de tolerancia. Un sistema inestable exhibe un crecimiento ilimitado del error o de oscilaciones con una amplitud creciente.
La fuente de la respuesta transitoria en el sistema de control es una dinámica del sistema de control. Se manifiesta como la inercia, la demora, la oscilación. Se da a entender por la capacidad del sistema para acumular la energía o masa (por ejemplo, calor, agua, carga eléctrica) o para llevar a cabo la transformación de energía de una forma a otra (por ejemplo, para el intercambio de energía estática y cinética de un péndulo, el campo eléctrico y magnético en circuitos con inductores y condensadores).
La dinámica de sistemas también incluye un retardo de transporte - por ejemplo, durante el transporte de la masa (carbón en un cinturón, el agua o el aire en un tubo) o un retraso durante la transmisión y procesamiento de datos (por ejemplo, la propagación del sonido, lenta comunicación de enlace de datos, cálculo o muestreo lento).