Un terminal móvil se comunica siempre con la estación base más cercana, más precisamente con aquella estación que le proporciona una señal más fuerte para el terminal móvil. Si la estación móvil se mueve dentro de una célula vecina, se cambia automáticamente a la estación base de la célula vecina.
Este modo de operación se conoce como handover o traspaso.
El traspaso gestiona un cambio de la estación base que da servicio en un momento dado a otra estación base que es más apropiada en un momento posterior porque el usuario se ha movido y ha cruzado los límites entre celdas. El propósito principal de los traspasos en redes móviles es garantizar una conexión continua con alta calidad de servicio o de balanceo de carga en la red.
Para posibilitar la conexión automática continua entre la estación base y el terminal móvil es necesario hacer un seguimiento de la posición del terminal móvil en la red. Esta indicación de posición se almacena en los registros de la red móvil, permitiendo el encaminamiento de la conexión al área donde se encuentra actualmente situado el terminal.
En la planificación de frecuencias de canales de comunicación siempre se usan diferentes frecuencias en las células adyacentes. Cuando se mueve el abonado móvil a través de la frontera que separa dos células diferentes, siempre es necesario volver a sintonizar la estación móvil del usuario.
Básicamente, se pueden distinguir dos tipos de traspasos:
El proceso de hard handover se considera obligatorio en las redes móviles, mientras que el soft handover se considera opcional.